LA T1 DE BARCELONA

El nuevo aeropuerto de Barcelona, proyecto de Bofill como el anterior, está despojado de las influencias de los cánones griegos a los que Bofill se sentía tan atado.
Tuve la gran suerte de que el arquitecto Simón de Lecea, vasco-catalán afincado en Mallorca, hijo a su vez del famoso arquitecto vasco Moncho de Lecea (q.e.p.d.) me llevara y trajera del aeropuerto y me explicara lo que solo un arquitecto es capaz de analizar sobre una obra de arquitectura, por eso pude disfrutar y apreciar de una manera más profunda el sentido práctico, desprovisto de ornamentos, de la nueva T1.

La verdad es que cuando llegué a Barcelona, lo que más me sorprendió fué el brillo del suelo, que recordaba a las discotecas japonesas en donde el suelo es de espejo y las camareras van con minifaldas y sin ropa interior.

Pero cuando volví para regresar a Bilbao , casi me mareo de la sensación espacial que me hizo sentirme flotando en el espacio.

Y al llegar a la Paloma de Calatrava, se me cayó el alma a los pies, viendo sus humedades, las obras, el viento... enfín, gracias a que sir Norman Foster con su maestro de Fen-Shui, va a construir el nuevo estadio de fútbol de Bilbao y eso compensará todas las chapuzas del valenciano.

Simón de Lecea también me dijo que a nivel internacional Bofill sigue siendo el arquitecto español más considerado.

Música: The Advent (City Limits)

Este post está dedicado con todo mi amor y agradecimiento a Simón de Lecea y a Teresa que se desvivieron para que yo no perdiera el avión del domingo.