Desde pequeña supe que la libertad de expresión no existe hacia fuera, solo me sirve para mi, para guardarla en mi cajita de los pensamientos.
Pronto aprendí a decir: si mamá, si papá, si señorita....
Ahora soy mayor y sigo exactamente igual de terca y secretista. Me guardo lo que pienso porque no quiero que me metan en la cárcel ni que me linchen y me insulten.
Guardándome mas del 90% de lo que pienso ya me han llamado de todo incluso asesina, así que yo me quedo conmigo, trato de no insultar a nadie y a poder ser ni siquiera criticar, aunque me cuesta mucho y me preocupo y ocupo de lo que realmente tiene importancia para mi que es mi paz interior.
Intento verme a mi en los demás, que me hagan de espejo y me pego unos sustos de pantalón largo porque veo que los seres humanos somos muy parecidos...
La famosa sombra de la que habla Jung de la que tanto nos avergonzamos.
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