Como todos los domingos, llega a mi ordenata, fiel y puntual el atículo de salón Kritik que me hace reconocer, una vez más, que no vivo en en un pais donde corran buenos tiempos para la lírica.
Todo cambia, todo muda que decía Santa Teresa...
Un pais tan convulso como el que nos toca en suerte no puede poner su atención en el arte cuando flaquea tanto en sus fundamentos.
Dentro de estos parámetros, el arte solo tiene cabida cuando está politizado, en cuyo caso es un revulsivo para el gobierno y como tal es apreciado.
Yo no hago política de una manera consciente, aunque a lo largo de mi vida me he topado con la censura simplemente porque estoy a favor de la libertad de expresión.
Y así, sin prisa pero sin pausa, sigo trabajando en mis cartones a mi manera, sin el mínimo deseo de enfrentarme con nadie pero con todo el afán de no dejar ningún cabo suelto en lo que a mi autobiografía se refiere.
Me encantan tus cartones, Blanca. Observo que algunos hablan por sí solos pero otros en cambio, me gustaría que llevasen alguna aclaración, como un pie de cartón que dejasen entrever, sin descubrir del todo, claro, una parte de las vivencias que encierran cada una de tus obras.¡Ah! y esa publicidad gratis que haces de un montón de marcas, no sabes como me gusta jugar a encontrar alguna relación con las fotos o también buscar algún significado subrepticio o subliminal que seguramente lo tendrá, aunque tú lo desconozcas...O no, tú sabrás.
ResponderEliminarNo dudes tanto, Blanquiña, tus cartones gustan de verdad.
Soy tu fan gallega, como ves una osada, pues me atrevo a opinar de casi todo.
Un abrazo.
Te echaba de menos.
ResponderEliminarAgradezco tu comentario.
Si quieres contarme como van tus asuntos me encantaría que lo hicieras por mail.