Es tal la sensación de placer interno que me produce un mínimo de órden tras haber vaciado el espacio, que el mismo deleite me estimula para seguir adelante en el proyecto.
Esta etapa de mi vida me ayuda a verla en su conjunto y llegar a la conclusión de que mis fases suelen ser parecidas.
Constan de un periodo de acumulación y otro de vacío.
La desocupación del espacio requiere un esfuerzo superior al que hice cuando lo ocupé y las mieles resultantes son mas dulces.
Me pregunto cómo he sido capaz de haber hecho tantos cartones autobiográficos, cientos, miles, millones, sin parar. Craso error modificable puesto que estoy vivita y coleando.
Y aquí me hallo, una vez mas corrigiendo mis entuertos.
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