El fin de semana pasado con Prem Rawat en Barcelona ha dejado en mi una huella profunda y el deseo inmenso de sentir eso que solo él es capaz de provocar en mi ser.
Ante la presencia de Prem Rawat cada persona reacciona de diferente manera porque él tiene el don de ser un espejo para cada ser humano.
No puedo decir si es fácil o difícil reconocer la sabiduría de su palabra.
Cuando yo le conocí no estaba en un momento adecuado ya que había empezado a fumar hachis y tenia la mente turbia.
Así que seguí en ese camino descendente hasta que toqué fondo.
Tras probar varias curas de desintoxicación, acudí a Prem Rawat quien en un instante vació mi cabeza de tóxico y tuve la claridad suficiente para reconocerle como mi maestro.
Nunca olvidaré aquel momento en París en el que me sentí inundada de luz y de verdad, dicha suprema.
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