Cuando era joven y empezaba a ir al teatro, leer literatura francesa y ver cine americano pensaba que todas las historias eran inventadas como los cuentos de hadas y las novelas románticas que tanto me gustaban cuando era pequeña.
Las obras de Shakespeare, la tragedia griega, los mitos y leyendas... para mi todo era ficción.
Ni por un momento pensé que esas pasiones desatadas en las que los padres matan a los hijos, los hermanos se matan entre si por un reino, las esposas infieles son decapitadas, los papas tienen hijos, los patronos explotan a los obreros y tantas cosas mas, tuvieran un atisbo de realidad.
¡Que ingenuidad la mía!
Ahora soy mayor, he vivido y he cambiado de opinión.
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