Ayer estuve en Azkorri.
Es una playa como de segunda fila porque es muy salvaje y hay piedras al meterse en el agua.
Además, la bajada es empinada y larga.
No obstante el lugar donde se encuentra es privilegiado.
Se puede escuchar el silencio.
Parece mentira que a unos minutos de la civilización exista un lugar tan primario, con rocas milenarias desde las que se puede estudiar el cuaternario.
Disfruté del paseo.
Me quitó las telarañas que me quedaban en la cabeza y volví limpia a mi casa.
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