Reconozco que me cuesta bastante llorar.
Creo que estoy curada de espanto.
Sin embargo, a mi pesar, se me llenan los ojos de lágrimas viendo y escuchando a toda esta gente tan entusiasmada hablando sobre la paz.
Llevo más de treinta años siguiendo a Prem Rawat y entusiasmándome con su mensaje de paz.
Admirando, reconociendo y participando en la causa mas noble en la que un ser humano pueda involucrarse.
Se ha convertido en el propósito de mi vida.
Y me hace feliz.
Muy feliz.