La felicidad que he sentido cada vez que he estado en Amaroo solo es comparable a la que sentía en India.
Vivir con Prem Rawat, con mi Maestro, es a lo máximo que puede aspirar un ser humano.
La relación Maestro-discípulo, es perfecta.
Hablo en pasado porque debido a mi salud actual no sé si volveré a ser capaz de hacer esos viajes tan largos cuyo jetlag tarda muchas lunas en desaparecer.
En realidad, cuando voy a Amaroo, Ivory's Rock, Queensland, Australia, no me quedo a vivir en la tierra porque la tienda de campaña no es mi fuerte.
Me hospedo siempre en casa de unos amigos en donde me encuentro muy a gusto, ya que, además de ser también discípulos de Prem Rawat, son artistas y además de poderme tumbar en una chaise longue de
Le Corbusier para poder leer plácidamente los mas bellos libros de diseño australiano y de jardines japoneses mientras escucho la mejor música del mundo, expongo en el Cactus Art Bar, que es de su propiedad.
La casa es típica de Queensland, son las casas mas bonitas del mundo con sus jacarandas en el jardín.
Son de madera y es donde mejor se duerme.
Además, al estar tan lejos, Prem Rawat se vuelca con nosotros y organiza eventos de varios días, con actividades de todo tipo, exactamente las que estamos deseando y por las que nuestro anhelo no descansa.
Como el viaje es tan largo, suelo aprovechar para quedarme mas tiempo, tanto en mitad del camino como en Australia y así he tenido ocasión de conocer un poco ese lejano pais que enamora desde que te bajas del avión (excepto si vuelas con Quantas).