viernes, febrero 03, 2012

LA OLA SIBERIANA DESDE MI VENTANA














Es tremendo la capacidad que tienen los media para meternos miedo.
Desde que empecé a oir hablar de la ola de frio siberiana y de todas las catástrofes que habían ocurrido en el norte de Europa, empecé a tomar decisiones para defenderme del frío, de la nieve y de los inconvenientes que trae consigo.

Mis precauciones se limitan a cancelar las citas con médicos, rehabilitadores, acupuntores... y dejar de visitar a mi madre, lo cual significa quedarme en mi casita trabajando y disfrutando de lo lindo.

Al final todo ha resultado un fiasco pero a mi me ha venido muy bien.
Saber que puedo trabajar sin paradas es una bendición.
La inspiración se retroalimenta a medida que la obra va tomando forma y nuevas ideas se pelean por verse materializadas.

Por otro lado, el hecho de no tener TV me facilita empaparme de muchos videos interesantísimo a los que solamente a través de internet es posible acceder.

Para un agente cultural es importante saber lo que artistas afines a mi producción e ideología opinan del arte actual y lo que les mueve a producir su propia obra.

Ayer, sin ir mas lejos, mientras me deleitaba con una deliciosa tortilla de patata, pan y vino tinto, estuve atendiendo a Esther Ferrer con verdadera devoción y me sentí feliz al notar que comulgaba con ella en casi todo lo que decía.

Además, ya tengo la respuesta adecuada cuando alguien me pregunte qué es una performance porque ella lo explica con una sencillez notable, mientras que yo, ante semejante pregunta me vuelvo tartamuda, empiezo a titubear y a decir lo contrario de lo que es una performance porque me siento atacada.
Soy demasiado visceral...


jueves, febrero 02, 2012

YAYOI KUSAMA













La única vez en mi vida que vi una exposición de Yayoi Kusama fue en el MOMA y sin saber que existía, por lo que la impresión que me produjo la tengo grabada en mi cuerpo como algo realmente excepcional.
A medida que me movía entre sus falos y sus almohadones moteados me sentía tan especial, en un estado que rayaba la alucinación.
Jamás había visto ni me había imaginado algo parecido.

Hasta tal punto me conmovió que no pude resistir el síndrome de Sthendal que me produjo y tuve que volver al hotel para recuperarme del shock.

Cuando conseguí calmarme, volví, estudié su historia y su fuerte personalidad y empecé a comprender su trabajo, sus obsesiones, su dramática sensibilidad exacerbada hasta extremos que ella misma prefería pasar sus días en un psiquiátrico que en el estresante NY.

Yo sentí algo parecido, aunque en menor medida como es de suponer, cuando exponía en
la galería U98 de Madrid y alcancé un éxito excesivo que no pude soportar. Gané dinero, conocí los placeres del éxito, me compraba la ropa en París, me hacían entrevistas, me invitaban a fiestas, pero me robaban mi paz interior.

Una mañana muy tempranito decidí volver a mi aldea y llevar una vida tranquila y serena, alejada del bullicio madrileño. llamé a Barajas, reservé el primer avión y me encerré en el pueblito en el que vivo feliz en un pisito sin complicaciones.

Yo, como Yayoi Kusama, tengo tendencia a la locura, no debo arriesgarme.

Algunas personas padecemos de obsesión compulsiva, lo cual nos hace vulnerables.
Yayoi con sus motas, yo con mis rayas y necesitamos sentirnos libres para desarrollar hasta donde se puede experimentar con ese concepto.

Yo encontré el éxtasis en Deauville_Trouville y desde entonces ya solo me dedico a mi autobiografía.
Solo quiero que me dejen en paz.

miércoles, febrero 01, 2012

PARA JUGAR AL GOLF












Yo nunca he sido deportista y mucho menos con los deportes que se me daban mal.
El golf es muy difícil, hay que concentrarse, dedicarle mucho tiempo, pensar mucho, estudiar, practicar,  y aún así, es desagradecido.

Yo jugué varios años incluso participando en campeonatos pero no era mi mundo.
Nunca me hizo feliz.
Ni yo le gustaba a él ni él a mi.

Antes de casarme navegaba a vela con mi padre y me gustaba pero alguna vez que intenté hacerlo sola en el dinghy pasé miedo; la fuerza del viento me asusta.

Me gustaba jugar a la pala en frontón, a lo bestia, sin tener que pensar, eso me hacía feliz.

Intenté hacer surf, pero por mas que lo intentaba no conseguía mantenerme de pie en la tabla.

Por lo menos fui campeona de ping pong en el colegio de Burdeos.
Otra vez gané un mararton cuando hacía culturismo.
El culturismo me gustaba mucho y además notaba que tenía fuerza, me sentía potente.

Desde que descubrí el yoga comprendí que eso era exactamente lo mío, me va como anillo al dedo, sobretodo el yoga que enseña Prem Rawat que es el mas alto yoga. Lo practico sola o acompañada, siempre que quiero y sus efectos son beneficiosos.
No es necesario estar fisicamente perfecta, con estar vivo/a y respirar es suficiente.

Hay otro yoga que también me gusta que es el yoga Nidra.
Es muy difícil encontrar un profesor incluso en India; se puede hacer con un CD pero de a mi me gusta con profesor.

Me gustan los profesores, necesito que me expliquen, que me faciliten el camino.

Antes de encontrar a Prem Rawat iba dando tumbos por la vida, me desperdigaba, me equivocaba, carecía de un anclaje.
Desde que me convertí en su estudiante mi vida tiene sentido:
Sé lo que quiero y lo que tengo que hacer para conseguirlo.
El me ha enseñado a vivir en paz y a salir de la ignorancia supina en la que me hallaba sumergida.

martes, enero 31, 2012

SINTOMAS DE TRASTORNOS MENTALES













Mientras escuchaba a Foucault atentamente algo dentro de mi se iba acalorando, como la lava de un volcán que poco a poco se va calentando hasta que furiosa irrumpe, roja, preciosa, bella, airada, sin respetar nada excepto el impulso que le lleva a desahogarse tras un largo periodo de adormecimiento.

Así me sentía yo mientras escuchaba Michel Foucault por sí mismo y recordaba algunos episodios de mi vida en los que por hacer cosas que a mi entender no molestaban a nadie sino al gregario conjunto social, me llevaban a brutales psiquiatras_veterinarios incapaces de reconocer que lo único que yo necesitaba era que me dejaran en paz.

Hubo un momento de mi vida en el que todo lo que hacía se convertía en síntoma de locura simplemente por el hecho de que fuera yo la que lo hacía.

Ejemplo:

Utilizar platos y tazas de diferentes vajillas para poner una mesa con encanto.
Pues bien, hoy me encuentro este encantador artículo que pone en valor una idea que yo tuve hace mas de 30 años, solo que elevada al cubo y admirada por los que no están locos.

Respecto a los internamientos en psiquiátricos por toxicomanía, no me quejo mucho.
Por lo menos me quitaban el síndrome de abstinencia pero a un precio muy elevado:
Curas de sueño, maltrato psicológico...

He tratado con muchos psiquiatras y afirmo con conocimiento de causa que no son las personas adecuadas para tratar a un toxicómano; no tienen ni idea de las razones que impulsan a un ser humano a experimentar a pesar de que eso lleve a la autodestrucción.

PH sabe lo que se trae entre manos, no olvidemos que la mayoría de las reglas las poníamos los propios tóxicos y a nosotros no se nos engaña, a los demás se les engaña como pardillos.
La experiencia es la madre de la ciencia.

lunes, enero 30, 2012

MONDRAGON INTERIOR













Ultimamente, desde que no tengo TV, a veces veo videos que creo me pueden interesar para estar informada sobre lo que ocurre en la galaxia y entre col y col me entero de cosas podridas que no elevan mi espíritu.

No es esto lo que deseo, lo tengo muy claro.

Ya sé demasiado del lado oscuro.
No me interesan los illuminati, ni los Bidelberg  ni el instituto Tavistok ni sus intenciones.

Me interesa mi paz interior, mantenerla impoluta, conservarla intacta y defenderla con las herramientas que Prem Rawat me ha revelado.

La época de interesarme por asuntos paranormales ya pasó, ahora quiero que todo sea normal y corriente en mi vida.
El hecho de respirar conscientemente ya es mas que suficiente para que mi agradecimiento sea constante y eterno (hasta que deje de hacerlo, claro.)






domingo, enero 29, 2012

EL LENGUAJE DEL ABANICO.m4v












Mi primer acercamiento a la semiótica fue a través de Roland Barthes.
Así como él se quedó fascinado con Saussire, yo lo hice con él.

Justo en esa época yo estudiaba BBAA y tuve la oportunidad de ir a California, con la suerte de que una amiga que iba en el mismo viaje conocía a Xavier Rubert de Ventós que a la sazón impartía clases en la universidad de Berkeley.
Me gustó conocerle personalmente porque había leido su libro Teoría de la sensibilidad, que me había acercado a una interpretación estética muy diferente de la que impartían en una escuela académica sin posibilidades de riesgo ni experimentación.

Xavier me pareció muy humilde, accesible, estaba contento de haber tenido esa oportunidad, no olvidemos que en la universidad de Berkeley, además del peligro que se corre a partir de la puesta del sol (asesinatos, violaciones, robos, drogas...) hay un parking exclusivamente para profesores a quienes se les ha otorgado el Nobel.

Pues bien, mas tarde, por esas cosas del destino, desde que empecé a ir a Ipswich, Queensland, Australia invitada por Prem Rawat en donde posee una gran finca, tuve la gran fortuna de hospedarme en casa de un catedrático de semiótica a cuya casa iba todos los años hasta que por razones físicas tuve que dejar de viajar.

Me entendía con él a la perfección.
Me tumbaba en una butaca diseñada por Le Corbusier y me embelesaba contemplando los libros que Jim me mostraba. Todos de una belleza extraordinaria y de una estética muy diferente a la que yo estoy acostumbrada ya que los australianos están mas influenciados por Japón por cuestiones de cercanía.