sábado, marzo 12, 2011

MOMENTOS Y MEMORIAS 56











Un poema de Kirmen Uribe

El río
.
En otro tiempo hubo un río aquí, 
donde ahora no hay más que bancos y baldosas. 
Hay más de una docena de ríos bajo la ciudad, 
si hacemos caso a lo que dicen los más viejos. 
Ahora es sólo una plaza en un barrio obrero. 
Y esos tres chopos son la única señal 
de que el río sigue ahí debajo. 
.
Todos llevamos dentro un río oculto a punto de desbordarse. 
Cuando no son los miedos, es el arrepentimiento. 
Si no son las dudas, la impotencia. 
.
Un viento del Oeste azota los chopos. 
La gente camina a duras penas. 
Desde el cuarto piso una señora mayor 
arroja ropa por la ventana: 
tira una camisa negra y una falda de cuadros 
y un pañuelo amarillo de seda y unas medias 
y aquellos zapatos blancos y negros de charol 
que llevaba puestos el día de invierno que llegó del pueblo. 
Eran como avefrías heladas sus pies sobre la nieve. 
Los niños han salido corriendo tras la ropa. 
Ha tirado, por fin, su vestido de boda, 
que se ha posado torpemente sobre un chopo, 
como si fuera un pájaro demasiado pesado. 
.
Se oye un gran ruido. Se asustan los transeúntes. 
El viento ha arrancado de cuajo uno de los chopos. 
Las raíces del árbol parecen la mano de una mujer mayor, 
que espera que cuanto antes otra mano la acaricie.




música: Apambichao Celia Cruz

viernes, marzo 11, 2011

AUTOGRAFIA SOBRE CARTONES 15










Fernando Biderbost

 para usuario
mostrar detalles 02:56 (hace 14 horas)

Muchas felicidades!!
La verdad es que el poema para Blanca lo hice, eso sí, porque lo sentí. Pero la espoleta fue un poco para compensar la chorrada machista, de broma, que te envié con motivo del día de las "camioneras". (Lo de Rosa Valverde fue una coincidencia insospechada).
Pero más allá de todo ésto hay una admiración (no por camionera) sino
por esa vida, esa lucha (sobre todo por buscarte, que ójala todos tuviesemos) y, en el fondo, esas ansias de crear que no las tengo ni yo. Que lo mío es un vicio insano y oscuro y lo tuyo es querer ver la claridad.
Cuántas veces le habré dicho a Inma que quemaría toda mi obra y aún mis propios ojos por ser tan natural como ella. Pero nosotros no podemos alcanzar tanta inocencia, pues nuestro instinto es el artificio, el arte, la pintura, lo que sea, que nos lleva hacia ningún sitio, pero mientras tanto nos altera.
En una palabra: todo lo daría a cambio de ser una mosca. Que viese el mundo sin las estúpidas orejeras, sin la ficticia sensación de la soberbia.
Pues en el mejor de los casos el arte es salir de esas putas orejeras, para ponerte otras, que nosotros creemos más certeras. Pero los ojos de una mosca, tan pequeña, ven trescientas veces más que nuestros ciegos ojos.
De lo que deduzco que un auténtico artista desearía vehementemente poseer esos ojos de mosca que se multiplican en trescientas celdillas que ven, seguro, mucho más que nuestros pobres y solitarios dos ojos.
               ¡¡UN  BESO!!  (en donde tu quieras)  









música: Virginia Plain Bryan Ferry & Roxy Music

jueves, marzo 10, 2011

miércoles, marzo 09, 2011

PREM RAWAT EN INDIA RECIENTEMENTE









El aventurero


 
   He pagado mis deudas, he cortado mis ataderas, las puertas de mi casa están
abiertas, he olvidado mis amores: ¡soy libre, y me voy por el ancho mundo!
   En cuclillas, agrupados en su rincón, los otros tejen la tela gris de sus vidas,
o cuentan su oro entre el polvo, o beben su triste vino, o cantan lánguidas
canciones: y me llaman para que regrese a su lado.
   Pero yo he forjado mi espada y he vestido mi armadura, y mi caballo piafa de
impaciencia.
   ¡Soy libre, es la mañana y parto a conquistar mi reino.









música: Suzuki? Suzuki? Dove sei?     Giacomo Puccini (Herbert von Karajan)    Madama Butterfly   





martes, marzo 08, 2011

UNA MAÑANA EN BILBAO











Es necesario sumergirse en los recovecos de una persona para descubrir las cosas más simples, y del interés literario más general. Sólo con estudiar a Flegón, secretario de Adriano, supe que se debe a este personaje olvidado la primera y una de las más bellas historias de aparecidos, esa sombría y voluptuosa Novia de Corinto en la que se inspiraron Goethe y el Anatole France de las Bodas corintias. Flegón, además, escribía con la misma tinta y con la misma curiosidad desordenada por todo aquello que transcendiera los límites de lo humano absurdas historias de monstruos con dos cabezas, de hermafroditas en trance de parir. Tal era, por lo menos en ciertos días, el tema de conversación en la mesa imperial.

El hombre más apasionado por la verdad, o al menos por la exactitud, es por lo común el más capaz de darse cuenta, como Pilatos, de que la verdad no es pura. Por tanto, que las afirmaciones más directas van mezcladas con dudas, réplicas, rodeos que un espíritu más convencional no tendría. En ocasiones, aunque no a menudo, me asaltaba la impresión de que el emperador mentía. Y por qué no permitírselo, como hacemos todos nosotros.

Traducción de Marcelo Zapata

Cuadernos de notas a las 'Memorias de Adriano'
Marguerite Yourcenar

lunes, marzo 07, 2011

EL JUAN SEBASTIAN ELCANO EN EL ABRA










    DIGO VIVIR

Porque vivir se ha puesto al rojo vivo.
(Siempre la sangre, oh Dios, fue colorada.)
Digo vivir, vivir como si nada
hubiese de quedar de lo que escribo.
Porque escribir es viento fugitivo,
y publicar, columna arrinconada.
Digo vivir, vivir a pulso, airada-
mente morir, citar desde el estribo.
Vuelvo a la vida con mi muerte al hombro,
abominando cuanto he escrito: escombro
del hombre aquel que fui cuando callaba.
Ahora vuelvo a mi ser, torno a mi obra
más inmortal: aquella fiesta brava
del vivir y el morir. Lo demás sobra.
 
 
 
 
 

domingo, marzo 06, 2011

AYER EN LA SALVAJE










«Visita», un poema de Kirmen Uribe

 

 

La heroína es tan dulce como hacer el amor,
decía ella en otro tiempo.
Los médicos dicen que no ha ido a peor,
día va y día viene, y que nos lo tomemos con calma.
Hace un mes que no ha vuelto a despertar,
desde la última operación.
Y sin embargo seguimos visitándola todos los días
en el sexto box de la unidad de cuidados intensivos.
Al entrar, el enfermo de la cama de enfrente lloraba,
no ha venido nadie a visitarme, le decía a la enfermera.
Hace un mes que no oímos la voz de mi hermana.
No veo como antes toda la vida por delante,
nos decía,
no quiero promesas, no quiero disculpas,
tan sólo un gesto de amor.
Ahora sólo le hablamos mi madre y yo.
Mi hermano, antes, no decía gran cosa;
ahora ni siquiera viene.
Mi padre se queda en la puerta, callado.
No duermo por las noches, nos decía mi hermana,
tengo miedo a dormirme, miedo a las pesadillas.
Las agujas me hacen daño y tengo frío,
el suero me enfría las venas.
Si pudiera huir de este cuerpo podrido.
Mientras tanto dame la mano, decía,
no quiero promesas, no quiero disculpas,
tan sólo un gesto de amor.







Música: Where Do The Children Play?      Cat Stevens