martes, marzo 08, 2011

UNA MAÑANA EN BILBAO











Es necesario sumergirse en los recovecos de una persona para descubrir las cosas más simples, y del interés literario más general. Sólo con estudiar a Flegón, secretario de Adriano, supe que se debe a este personaje olvidado la primera y una de las más bellas historias de aparecidos, esa sombría y voluptuosa Novia de Corinto en la que se inspiraron Goethe y el Anatole France de las Bodas corintias. Flegón, además, escribía con la misma tinta y con la misma curiosidad desordenada por todo aquello que transcendiera los límites de lo humano absurdas historias de monstruos con dos cabezas, de hermafroditas en trance de parir. Tal era, por lo menos en ciertos días, el tema de conversación en la mesa imperial.

El hombre más apasionado por la verdad, o al menos por la exactitud, es por lo común el más capaz de darse cuenta, como Pilatos, de que la verdad no es pura. Por tanto, que las afirmaciones más directas van mezcladas con dudas, réplicas, rodeos que un espíritu más convencional no tendría. En ocasiones, aunque no a menudo, me asaltaba la impresión de que el emperador mentía. Y por qué no permitírselo, como hacemos todos nosotros.

Traducción de Marcelo Zapata

Cuadernos de notas a las 'Memorias de Adriano'
Marguerite Yourcenar

1 comentario:

  1. Me ha gustado el video y la música para que esta compuesta especialmente para ese video.
    Enhorabuena
    A mi tb me encanta bilbao, y yo a él, claro

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