Nunca se me ha aparecido la virgen, posiblemente porque no soy católica practicante y además yo no sé como puede ser virgen una mujer que ha tenido un hijo.
A pesar de que no tengo muchas probabilidades de que se me aparezca, he comprobado que los lugares en donde hay apariciones marianas siempre son estratégicos, muy bellos, aislados, en plena naturaleza, cerca de arroyos, o sea que en los sitios que nos gustan coincidimos la virgen y yo.
He ido mucho a Unbe, lugar en donde se apareció la virgen dolorosa y tuve el privilegio de conocer a la vidente, Felisa Sistiaga, lo cual reconozco que me impresionó. Es la única persona a quien he dado la mano en toda mi vida que haya visto a la virgen; además Felisa vió al ángel y a san Pedro. Tenía algo especial.
El domingo pasado, aunque no era la virgen en carne y hueso, sí tuve una pequeña aparición mariana cuando menos lo esperaba.
Paseando entre caminos para descubrir caserios y parajes bucólicos, en un lugar apartado del mundo, precioso, puro, con erreka y nogales, conocí a Irene y ella me mostró a la virgen milagrosa, ya que en esos lares todavía siguen la antigua tradición de tener la urna tres dias en cada casa, como cuando yo era pequeña y vivía en Bilbao.
music: A La Orilla Del Palmar Alfredo Kraus