Comprendo que aparentemente es una incorrección filmar en una peluquería pero la necesidad me pudo.
Además no querían escucharme cuando intenté decir que luego lo ponía muy rápido y no se veían las
cosas que nos hacemos las mujeres y los hombres para estar mas guapos.
En la calle solo se ve el resultado, no se muestra el proceso, como en casi todo.
A mi, en general, me interesan los procesos, creo que la gracia está en el proceso (siempre que no sea kafkiano).
Me gusta mostrar el proceso de casi todo lo que hago aunque a nadie interese.
En el fondo, cuando hago una expo, o más bien cuando hacía porque ya ha dejado de interesarme el proceso de las exposiciones, la verdad es que mi madre solo me preguntaba ¿cuanto has vendido?
A qué vienes ahora,
juventud,
encanto descarado de la vida?
Qué te trae a la playa?
Estábamos tranquilos los mayores
y tú vienes a herirnos, reviviendo
los más temibles sueños imposibles,
tú vienes para hurgarnos las imaginaciones.
De las ondas surgida,
toda brillos, fulgor, sensación pura
y ondulaciones de animal latente,
hacia la orilla avanzas
con sonrosados pechos diminutos,
con nalgas maliciosas lo mismo que sonrisas,
oh diosa esbelta de tobillos gruesos,
y con la insinuación
(tan propiamente tuya)
del vientre dando paso al nacimiento
de los muslos: belleza delicada,
precisa e indecisa,
donde posar la frente derramando lágrimas.
Y te vemos llegar -figuración
de un fabuloso espacio ribereño
con toros, caracolas y delfines,
sobre la arena blanda, entre la mar y el cielo,
aún trémula de gotas,
deslumbrada de sol y sonriendo.
Nos anuncias el reino de la vida,
el sueño de otra vida, más intensa y más libre,
sin deseo enconado como un remordimiento
-sin deseo de ti, sofisticada
bestezuela infantil, en quien coinciden
la directa belleza de la starlet
y la graciosa timidez del príncipe.
Aunque de pronto frunzas
la frente que atormenta un pensamiento
conmovedor y obtuso,
y volviendo hacia el mar tu rostro donde brilla
entre mojadas mechas rubias
la expresión melancólica de Antínoos,
oh bella indiferente,
por la playa camines como si no supieses
que te siguen los hombres y los perros,
los dioses y los ángeles,
y los arcángeles,
los tronos, las abominaciones...
La silva es una combinación de la métrica castellana, no estrófica, que consiste en una extensión indeterminada de versos heptasílabos y endecasílabos que combinan y riman en consonante libremente, pudiéndose dejar versos sueltos sin rima alguna.
La etimología de esta palabra es latina, silva con el significado de ‘selva’, que hace referencia a ‘desorden, sin concierto’. El término también hace referencia a una colección de varias materias o temas, escritos sin método ni orden (DRAE), aunque lo conocemos fundamentalmente por su designación de la combinación métrica.
La amplia libertad poética que supone la silva la convierte en la más moderna de la métrica clásica española, por su implícita tendencia antiestrófica, y como tal constituye una forma de transición hacia el verso libre moderno.
Aunque la silva no se entiende sin la profusión de heptasílabos y endecasílabos que se produjo durante el Renacimiento y que tendría algunas de sus más bellas combinaciones en estrofas como la lira o las estancias garcilasianas.
Desde entonces estos versos se establecieron firmemente en la métrica española, y a partir de Góngora la silva será ampliamente utilizada.
Recibí las cuatro técnicas del conocimiento hace casi 30 años y desde entonces mi vida es un remanso de paz.
A la sazón me hallaba sumida en un pozo oscuro en donde solo reinaba una oscuridad sin posibilidad de retorno a la luz.
Prem Rawat me sacó de ese pozo y me encendió una vela cuya luz ha convertido mi infierno en un jardín paradisiaco en el que me deleito reposando a la sombra de sus árboles, mientras escucho el sonido de los manantiales y el canto de los pájaros saciando mi sed con el néctar de las floras y columpiándome en la santa respiración que me mantiene viva para poder cantar las glorias de mi existencia.
Mi vida es una linea recta escrita con la palabra GRACIAS.