miércoles, junio 15, 2011

EN CASTRO-URDIALES















La sensación de viajar es casi nueva para mi.
Todo se olvida con el tiempo.

Antes de romperme la pierna me pasaba la vida viajando, o sea moviéndome por todo el planeta como la cosa mas natural del mundo siguiendo a Prem Rawat.

Desde hace unos cuatro o cinco años, solo me he atrevido a ir a Barcelona, ya que salir de casa me parece una aventura para la que no estoy preparada.
En Barcelona me encuentro como en casa, son parecidos a los vascos en lo del individualismo aunque nos dan sopas con onda a nivel cultural.

Pero ir a Cantabria es otro cantar.
Me encanta Castro, es un lugar que está pegadito a Euskadi y sin embargo las sensaciones son diferentes.
Huele a salitre que es mi olor favorito, tiene un casco antiguo encantador, no discuten de política, están tranquilos, hay paz ambiental, muchísimos bares y muy buenos y para mi, que cuando era pequeña pasaba allí unos dias todos los veranos en casa de mis primos, me trae recuerdos de una infancia feliz.
Pescábamos quiquillones, chocolatadas en el castillo de Ocharan, que es una belleza, excursiones al Cotolino...

Y luego, cuando ya no era pequeña, en Castro abrieron las primeras boîtes, que eran baretos oscuros donde se bailaba.
Mas tarde en Bilbao el famoso Caji, que era cántabro, abrió el Whisky Viejo causando un revuelo histórico en la evolución de Bilbao solo comparable al que mas tarde causaría Joaquín Gallardo en Banderas de Vizcaya.









music: Heureusement Qu'il Y A De L'herbe Georges Moustaki

1 comentario:

  1. La descripción de Castro bastante acertada excepto en lo referente a la política... con la que ha caido aquí no se fía nadie! jejeje

    Un saludo desde Castro Urdiales

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