Yo no sé si me la merezco o no, eso es lo de menos pero tengo una suerte que me resulta sorprendente lo bien que se me arreglan todos los entuertos en los que me meto.
Por ejemplo, el tema de mi pierna rota que no dinamiza y que me duele y me mantiene paralizada con santa paciencia estaba empezando a inquietarme, cuando de repente, en el momento perfecto y mas oportuno, aparece Lee en mi vida y cambia por completo mi estado de ánimo y de salud en general.
Cada lunes y cada jueves que voy a Castro-Urdiales para estar con Lee, me levanto feliz.
No solo desde que estoy con Lee me encuentro mucho mejor y tomo menos pastillas y casi no tengo dolor sino que además, estar con Lee es un auténtico placer y además su hija es campeona de golf por lo que todos conocen a mis hijos que son maestros de golf y también allí se acerca gente del mundo del golf cercana a mi, ya que yo, aunque dejé ese dificilísimo deporte hace muchos años, sigo involucrada a través de mis hijos.
Por otro lado, salir del pais de los vascos me resulta muy agradable ya que esta sensación de crispación constante no me agrada.
Aquí nunca sé si meto la pata cuando digo lo que pienso, que, encima ni sé si lo que creo que pienso es lo que pienso porque en realidad a mi lo único que me interesa es Prem Rawat y su conocimiento, hacer lo que me da la gana y comer un buen bacalao al pil pil de vez en cuando, cosa que se está poniendo difícil desde que Arguiñano enseña a hacer la salsa separada del bacalao.
Enfín, que soy feliz en Cantabria y sus alrededores.
La costa cántabra no tiene parangón.
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