Los caseríos de esta zona tienen un encanto especial; no son de piedra como los guipuzcoanos ni son grandes sino sencillos, bien cuidados y encalados con azul añil las más de las veces.
Dependiendo de la estación adornan su fachada con pimientos rojos o alubias en vainas de tierras y sienas; los que tienen parra, dejan colgar los racimos de uvas en sus porches dando sombra en los días calurosos del verano.
Darse un paseo por Uribe Kosta es un verdadero placer para los sentidos en cualquier época del año y una manera de apreciar el modo de vivir tradicional de los que siguen apegados a la tierra.
Me gustan tanto los caseríos de esta zona que los he pintado al óleo (abajo) y a la cera (arriba).
muy romántico el post y bonitos los cuadros
ResponderEliminarA mi estos caserios me hacen pensar en familias y raices. Aunque ahora haya muchas que sean atracción turística o casas rurales...
ResponderEliminarPor cierto la música es japonesa?
Besos
@fetish femina:
ResponderEliminarante todo muchas gracias por comentario.
La música es txalaparta, un instrumento vasco muy antiguo que ni siquiera está considerado como música sino algo que se hacía con madera para comunicarse entre los caserios que estaban aislados.
presiosos caserios y presiosa música, no me xtrana que fetish femina piense que es japanesa, que belleza!
ResponderEliminarLos caserios son preciosos pero las pinturas de los caserios aun más.
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