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El sacerdote budista de Chou tiene una mandolina:
baja del Monte de las Cejas hacia el poniente,
y hace sonar sus cuerdas en mi honor.
Sus vibrantes notas se parecen al alboroto
de un bosquecillo de pinos mecidos por el viento.
Mi corazón se siente purificado
como si lo hubiesen lavado las aguas del río.
La dulce melodía se une a los lejanos tañidos de una campana.
InsenSiblemente desciende, en torno, el crepúsculo,
y los montes se esfuman en la bruma ligera.
Música: BLUR ( Far Out)
El roble,
ResponderEliminarel cedro,
el alcornoque,
y la higuera...
Mis árboles favoritos
los arboles me inspiran mucho respeto
ResponderEliminarSon testigos de tantas cosas!
gracias por apreciarlos y mostrarlos
@nimenos:
ResponderEliminarPero la higuera tienes mala fama.
@maria seco:
ResponderEliminarme encantó Seraphine, abrazándose a los árboles.