Retrocedo a las columnas de agua
del Cantábrico
a las playas perforadas
por la lluvia al vals Mefisto
en aquel mirador de la casa de Zarauz
visitado también por la reina sin hijos
Algas y peces
Subían
del mar
lecturas
propiciaban encuentros
gris
la piel descubre
sus olvidos
son encantadoras
ResponderEliminarMuchas gracias.
ResponderEliminarunos azules preciosos!
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