Una invitación para ser libre
No busca vender, ni gustar, ni desahogarse. No le atraen las entrevistas ni las fotografías. Y tampoco pretende mostrar la realidad porque es de la opinión de que no existe una verdad, sino que ésta va cambiando y es imposible definirla. Por todo ello, Fernando Biderbost (Bilbao, 1955) sólo quiere pintar, crear atmósferas. Y eso es lo que ha intentado en las últimas creaciones sin título que expone en la galería Alga de Donostia que regenta Ramón Machimbarrena.Este pintor huye de las tendencias y modas que marcan el ritmo de varios creadores. Según explica, para él pintar es parte del instinto humano al que él sigue diariamente. "Yo no me he inspirado en cosas, porque creo que todo parte del proceso de elaboración. Las ideas surgen por sí solas", explica Biderbost, quien asegura que la mejor manera de inspirarse es pasar horas en su taller de Bilbao.
Precisamente, en ese local nacieron los 46 cuadros que el artista vizcaíno ha colgado en la galería situada en la plaza Bilbao. La mayoría de ellos, 30 para ser más exactos, son de tamaño pequeño y el resto, grandes. "No pienso en qué voy a pintar ni en qué tamaño va a tener, porque si lo supiera de ante mano no pintaría", defiende.
difícil de catalogar Biderbost no encuentra adjetivos para definir sus cuadros, aunque opina que son "pintura pura". Y es que estas creaciones abstractas están formadas por diversas pinceladas de acrílicos y óleos, pero, además, el autor les coloca añadidos de tinta, lápices y bolígrafos. "Amplío la expresión a través de las grafías que me pide el cuadro", argumenta este autodidacta que se define como "un autista que da vida a otros autistas (refiriéndose a sus cuadros)".
Por ello, Biderbost lanza una invitación para que sea el propio visitante quien saque sus propias conclusiones sobre las obras. "Hay personas que me aseguran ver figuras, personas y objetos, pero yo no lo pienso. Es una oportunidad para dar rienda suelta a la imaginación", señala.
Lo que sí cree el pintor es que sus creaciones parten de lo onírico y lo inconsciente. "Son los cuadros los que me comunican por dónde tengo que seguir, es algo mágico que permite la pintura", indica.
Es la primera vez que Biderbost expone sus obras en Donostia aunque, como buen bilbaíno, bromea diciendo que de la capital de Bizkaia ha venido a la plaza de Bilbao, "y eso no es casualidad".
Sin embargo, el autor tiene mucha experiencia en el mundo de las galerías, ya que a lo largo de su vida ha participado en una multitud de muestras, entre las que destacan las más recientes de su propia ciudad, Vitoria y Cuenca, entre otras.
Pero, puede que sea la muestra colectiva Bosteko la que más renombre tiene de todas. En la décima edición de este evento, Biderbost está participando junto a dos guipuzcoanos: Bonifacio Alfonso Gómez (Donostia, 1933) y Juan Luis Goenaga (Donostia, 1950).
Bosteko ha cosechado el mismo éxito que suele obtener todos los años y, a pesar de que se siente satisfecho por ello, asegura que no teme a la crítica. "No pinto para gustar, y no estoy pensando en vender cuando creo, aunque claro está, mejor que sea del agrado del público", afirma.
El pintor se toma un tiempo cuando le preguntan por el perfil de sus clientes, porque reconoce que "suele acercarse todo tipo de gente, desde jóvenes hasta las gentes más tradicionales".
Extracto.
Me uno contigo a esta celebración.Siempre es buen momento para sacar la obra de Fernando a la luz.Un outsider´s que trabaja de corazón y sabe lo que se hace.Las ordas arribistas no lo contemplan¿por qué? Un saludo.
ResponderEliminarFernando es un pintor de primera, pero no se deja atrapar; me alegro que le aprecies, su trabajo es magnífico.
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