Sor Juana Ines de la Cruz
Con el dolor de la mortal herida,de un agravio de amor me lamentaba,
y por ver si la muerte se llegaba
procuraba que fuese más crecida.
Toda en el mal el alma divertida,
pena por pena su dolor sumaba,
y en cada circunstancia ponderaba
que sobraban mil muertes a una vida.
Y cuando, al golpe de uno y otro tiro
rendido el corazón, daba penoso
señas de dar el último suspiro,
no sé con qué destino prodigioso
volví a mi acuerdo y dije: ¿qué me admiro?
¿Quién en amor ha sido más dichoso?
Blanca,estoy contigo.
ResponderEliminarTodo en su sitio, como has dicho.
@: María: B
ResponderEliminarComo dice Prem Rawat, el tiempo es el gran bibliotecario.
Precioso!!! Precioso!!!!
ResponderEliminarSentimiento plasmado!
El Bebe muy a gusto, la madre
muy a gusto y todo en armonía.