jueves, julio 22, 2010

CUADROS PARA LA EXPOSICION EN LA GALERIA MARIA FEBRER






Para mi playa tiene un significado especial.
El momento supremo en que la mar llega a la arena, suavemente a veces, otras violenta siempre diferente, a su capricho solo respetando a la luna, me colma de intriga un misterio que soy incapaz de descifrar.

Se respira en la playa una ambiente festivo, todos disfrutan, los niños rien, los mayores sonrien, los cuerpos se dejan mecer por la brisa que defiende la caricia del sol que calienta majestuoso desde su trono mayestático sabiendo que es el rey.

La playa de Zarauz conserva ese encanto decimonónico en el que el pudor obligaba a protegerse de miradas indiscretas para ponerse el traje de baño, lo cual dió lugar a que se hicieran esos toldos marvillosos que siguen apareciendo cada verano haciendo caso omiso a los actuales planteamientos que permiten enseñar el cuerpo con todo descaro.

Esos toldos, esas rayas, esas sombras, esos movimientos que causa la brisa , esa nostalgia de una época tranquila, me fascina y por eso pinté todas las karpas de Ondarreta y por eso pinté los toldos de Ondarreta y por eso, me fuí a Deauville en donde encontré el paraiso y comprendí que hay sentimientos de melancolía que perduran a pesar de los tiempos que corran.

Todo empezó en la playa dle Lido cuando vi MUERTE EN VENECIA.

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