CARTONES AUTOBIOGRAFICAS

El trabajo en el que estoy inmersa en este momento, los cartones autobiográficos, son un ejercicio de autoconocimiento cuyo origen se remonta a mi infancia, cuando sin recursos (el pegamente lo hacía con harina y agua, creo recordar que se llamaba engrudo), enmarcaba mis dibujos con lo que encontraba por casa, papel transparante para sustituir al cristal y luego los vendía a mis hermanos, supongo, o a la gente que venía a casa en una tienda azul que me trajeron los Reyes, encargada por mi madre a un carpintero, estaba pintada de azul Bilbao y arriba ponía : BLANCA en blanco.
En aquel momento fue el mejor regalo de mi vida, casi todo lo que me traían los Reyes Magos me defraudaba.
Tenía demasiadas expectativas, pero la tienda me hizo feliz.

Pues bien, mis cartones autobiográficos también me hacen feliz, son parte de mi, de mi vida, de mis seres queridos, de mi educación, de todo el amor que he sentido a lo largo de la vida.

Trabajar con grapas es agotador, tengo que hacerlo en sesiones de una hora mas o menos porque requiere mucho esfuerzo, pero eso no me importa, porque tengo muchas cosas en las que trabajar para preparar lo que luego graparé.



música: Johann Sebastian Bach: Violin Concerto In E Major, BWV 1042 - I. Allegro Yehudi Menuhin, Adolf Busch, Etc