El motivo que me impulsa a contar mi autobiografía sobre cartones con grapas es muy sencillo:
Lo hago porque me da la gana.
Yo no necesito justificarme, el júbilo que me producen mis cartones significa que he logrado mi propósito.
Ahora bien, si por casualidad algún intelectual precisa de explicaciones que justifiquen mi práctica artística como tal, no tiene mas que leer a Walter Benjamin, cuyo criterio profético está fuera de dudas, para reconocer que tengo derecho a llamar arte a cada pieza que sale de mi mesa de trabajo.
música: Schubert-Quintett "Die Forelle" in A Major Op.114
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