miércoles, enero 18, 2012

UN PROBLEMA TREMENDO















He pasado por tantas fases en mi vida que soy capaz de entender el mal rato que está pasando la protagonista del video.
Una de las peores épocas fue la de recién casada, cuando tuve tres hijos en dos años y cada vez que volvía de la clínica con un niño en brazos, la chica que se ocupaba de hacer todo en casa, se despedía asustada por el trabajo que se le avecinaba.

Yo tenía 23 años, me encontraba ante una situación desesperada.
Nunca había hecho ninguna labor del hogar excepto la cama cuando estaba interna.

En aquella época los maridos no se involucraban en la casa y los hijos.
Ellos trabajaban y traían el dinero para lo cual tenían que estar descansados y bien vestidos para ir a la oficina.

Respecto a los niños, yo por lo menos había estudiado Puericultura, así que aunque con dificultades, podía desenvolverme, además de que les adoraba.
Pero en lo concerniente a la casa, nasti de plasti, a pesar de que mi madre había intentado que aprendiera a cocinar con las clases que ella impartía en la parroquia de San Vicente para ganar dinero con el que montar un piso, lo cual consiguió, mi inutilidad era absoluta.

No estaba hecha para la vida de madre, esposa y ama de casa.

Me apetecía salir y entrar, estar con mis amigas, divertirme, pintar, y todo lo demás.

Atravesé un periodo difícil.
Nerviosa, con miedo de quedarme sin servicio, había equivocado la vocación.

Todo pasa y ahora soy capaz de hacer lo que haga falta, empezando por saber vivir en el órden y en el desorden, first lesson.

Y después de haber hecho PH ya mis cualidades de hacerme cargo de llevar una casa alcanzaron niveles de profesionalidad.

4 comentarios:

  1. Soy Carmen. Supongo que en el mundo habrá muchas más mujeres a las que les habrá pasado como a tí que de repente os vistéis inmersas en las funciones de madre, esposa y ama de casa...Se aprende sobre la marcha ¿sabes? y las mujeres somos muy autodidactas y salimos de todos los berenjenales bastante airosas...Y ya ves, todo es cuestión de tiempo, has pasado de no saber nasti de plasti como dices tú, a ser una profesional.Nunca es tarde si el aprendizaje es bueno.

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  2. ¡qué remedio!
    Ahora he cambiado tanto que me encanta ocuparme de mis niños mayores que solo tienen 44 y 43 años...
    Y ellos se dejan encantados.

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  3. Para las madres y los padres, los hijos siempre son niños aunque pasen de los cuarenta. No he tenido el placer de estar de la parte de la madre pero sí de la hija y...¡como me gustaba que mi padre me llamase nena estando yo al borde de la cincuentena!

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  4. Ya, cuando hay amor todo es maravilloso.

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