Reconociendo en mi sensibilidad la necesidad de una belleza delicada y minuciosa que exalte mis sentidos y eleve mi espíritu me voy a Italia a recrearme en sus grandes artistas si no mejores, sí mas refinados que sus colegas de la época en España.
Los periodos pre son los que me deleitan el corazón.
Cuando algo empieza timidamente, como un amor adolescente, temblando de emoción, de desconocimiento ante nuevas sensaciones, así me sucede con todos los periodos precedentes a la consolidación de un estilo.
Luego ya consumado, llegan los grandes y poderosos mostrando su orgullo y su saber hacer y me deja de interesar.
Ante un Pisanello, mi alma hastiada de arte mediocre y pretencioso cobra alas y vuela extasiada ante las obras de los grandes maestros italianos.
El culto a la belleza en Italia me produce vértigo.
De Pisanello dicen que es gótico tardío, pre renacentista y medallista.
Me da lo mismo, todo lo que toca lo transforma en arte y esa poesia plástica me complace enormemente.
Su obra está repartida en museos de todo el mundo.
Sus animales tocan el cielo a través de la maestría con la que están tratados.
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