La obra y la vida de Louise Bourgeois me emociona y me identifica con los intereses reales de una mujer artista.
Ser mujer, me guste o no, influye en la obra de una persona creativa.
Quizás ha habido momentos en los que he renegado de tener ese toque femenino que en definitiva es una cualidad mas honda del sentimiento, algo que trasciende hacia dimensiones mas profundas porque el cerebro de la mujer que según los chinos se encuentra en la tripa, es la creación en máxima pureza.
Por eso me gusta Louise Bourgeois cuando dice que ahora solo le interesan su madre y sus hijos.
Yo reconozco que mis prioridades se parecen a las de Louise, pero el hecho de tener un maestro vivo al que sigo por encima de todo, las cambia.
Digamos entonces que mis prioridades son:
mi maestro, mi madre, mis hijos y mi nieta y después mi trabajo.
En realidad todo forma parte de un todo que soy yo y mis circunstancias.
Cuando terminé la carrera de BBAA tuve cierto éxito que no se consolidó porque me dediqué a experimentar con drogas ilegales, por lo que durante largas épocas descuidé mi trabajo.
Cuando terminé PH tuve demasiado éxito en Madrid y no lo pude soportar.
Desde entonces no he sobresalido y a veces pensaba: "yo seré como LB que fue reconocida casi con 70 años" y heme aquí esperando sin esperanza ni deseo que eso suceda ya que he llegado a la conclusión de que yo solo trabajo para disfrutar y en cuanto dejo de disfrutar, que es cuando me pongo en contacto con galerias y/o posibles compradores, en ese mismo instante quiero desaparecer, me quedo sin energía, me desinflo, prefiero la paz de mi estudio que los oropeles del éxito.
Por eso mi poema favorito, siempre presente en mi mente es aquel de Fray Luis de León que reza:
¡Qué descansada vida
la del que huye del mundanal ruido,
y sigue la escondida
senda, por donde han ido
los pocos sabios que en el mundo han sido;
Que no le enturbia el pecho
de los soberbios grandes el estado,
ni del dorado techo
se admira, fabricado
del sabio Moro, en jaspe sustentado!
No cura si la fama
canta con voz su nombre pregonera,
ni cura si encarama
la lengua lisonjera
lo que condena la verdad sincera.
¿Qué presta a mi contento
si soy del vano dedo señalado;
si, en busca deste viento,
ando desalentado
con ansias vivas, con mortal cuidado?
¡Oh monte, oh fuente, oh río,!
¡Oh secreto seguro, deleitoso!
Roto casi el navío,
a vuestro almo reposo
huyo de aqueste mar tempestuoso.
Un no rompido sueño,
un día puro, alegre, libre quiero;
no quiero ver el ceño
vanamente severo
de a quien la sangre ensalza o el dinero.
Despiértenme las aves
con su cantar sabroso no aprendido;
no los cuidados graves
de que es siempre seguido
el que al ajeno arbitrio está atenido.
Vivir quiero conmigo,
gozar quiero del bien que debo al cielo,
a solas, sin testigo,
libre de amor, de celo,
de odio, de esperanzas, de recelo.
Del monte en la ladera,
por mi mano plantado tengo un huerto,
que con la primavera
de bella flor cubierto
ya muestra en esperanza el fruto cierto.
Y como codiciosa
por ver y acrecentar su hermosura,
desde la cumbre airosa
una fontana pura
hasta llegar corriendo se apresura.
Y luego, sosegada,
el paso entre los árboles torciendo,
el suelo de pasada
de verdura vistiendo
y con diversas flores va esparciendo.
El aire del huerto orea
y ofrece mil olores al sentido;
los árboles menea
con un manso ruido
que del oro y del cetro pone olvido.
Téngase su tesoro
los que de un falso leño se confían;
no es mío ver el lloro
de los que desconfían
cuando el cierzo y el ábrego porfían.
La combatida antena
cruje, y en ciega noche el claro día
se torna, al cielo suena
confusa vocería,
y la mar enriquecen a porfía.
A mí una pobrecilla
mesa de amable paz bien abastada
me basta, y la vajilla,
de fino oro labrada
sea de quien la mar no teme airada.
Y mientras miserable-
mente se están los otros abrazando
con sed insaciable
del peligroso mando,
tendido yo a la sombra esté cantando.
A la sombra tendido,
de hiedra y lauro eterno coronado,
puesto el atento oído
al son dulce, acordado,
del plectro sabiamente meneado.
Hola Blanca: Soy la gallega. Todavía te sigo, soy incondicional tuya pero la vida se me ha complicado de mala manera y tengo mucho menos tiempo disponible para mí y mis hobbies. Me encanta Fray Luís pero yo no puedo huir del mundanal ruído, estoy inmersa en él y me lleva por sendas de constante agitación. Entre el fin de curso y atender a mis dos hermanos no hayo la paz de la que habla el poema.Pero no desespero, ya vendrán tiempos mejores, eso espero. Un abrazo.
ResponderEliminarHe pensado mucho en ti, me extrañaba que no dieras noticias de vida pero tampoco quería inmiscuirme en tu silencio.
ResponderEliminarYo tengo suerte porque con la ayuda de Prem Rawat y la pierna rota he adquirido mucha paz interior y solo tengo que estar pendiente de mi madre que está cada día peor pero no se quiere ir.
No te puedes imaginar la alegría que me produce conectar contigo otra vez...
Me he quedado hipnotizada totalmente. Maria Seco
ResponderEliminarYa, es una mujer muy interesante y sincera. También valiente.
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