Nadar con delfines es una de las cosas que me gustaría hacer lo antes posible.
Siempre que he visto delfines, sobretodo en altamar (en Malibu es frecuente) me entra una alegría especial.
He leído mucho sobre la delfinoterapia y confío plenamente en que esos mamíferos están ahí para ayudarnos.
Verlos es maravilloso, pero nadar con ellos debe ser algo que resucita a los muertos.
Lo que es milagroso es que hayan aparecido aquí cerca cantidades de delfines y ballenas.
Cuando yo era joven, antes de casarme y vivía en casa de mis padres, veraneábamos en Santurce y teníamos un balandro, el Alín II, en el que navegábamos, pescábamos, nos bañábamos en alta mar y de vez en cuando veíamos saltar un pez grande pero jamás se nos ocurrió que aquí pudieran llegar los delfines y las ballenas porque el agua estaba fría.
Debido al cambio climático, ahora tenemos manadas de visitantes que se encuentran a gusto en aguas del Cantábrico ¡qué maravilla!
En Santurce organizan excursiones para ver los defines y las ballenas.
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