Me considero artista, diarista y bloguera. Antes me dedicaba a pintar y exponer, pero me rompí la pierna y me volví escribidora.
Hola Blanca, soy Carmen, por favor culturízame una vez más, dime como se llama el instrumento que tocan en este vídeo. Me pone los pelos como escarpias, me recuerda a la gaita gallega y se me asemeja a otras músicas étnicas, tradicionales, salidas de las entrañas de la tierra y del alma del que hace sonar esas notas.Un abrazo y me alegro que hayas salido a orearte, de vez en cuando viene bien al cuerpo y a la mente. Se acercan las Navidades, pero no quiero hablar de ellas, las odio a muerte.
Se llama Txalaparta, yo la tocaba hace tiempo. Tu sensibilidad roza el cielo.Me contestó la que me llamó burguesa y he decidido que tiene razón.http://blancaoraa.blogspot.com.es/2012/11/cartones-para-encuadernar.html
http://blancaoraa.blogspot.com.es/2012/12/una-bruja-buena.htmlAqui hay un comentario para ti.
Carmen, en una bruja buena te escribe nuestra amiga y he decidido que tiene razón, que soy una señorita de Bilbao y no me importa.Tiene ventajas e inconvenientes.Lo importante es ser humilda y buena persona.
Blanca, ya he leído su contestación-testamento y le he respondido antes que tú. He valorado su sensibilidad, su respeto y su buena argumentación. Y me he sentido muy aliviada porque no fuese ella la del insulto de tarada. Una cosa es ser burguesa y otra muy diferente es rayar la subnormalidad, con todos mis respetos. Además tarada me parece mucho más despreciativo que subnormal o loco.¿no crees?
Blanca, soy Carmen de nuevo. He estado todo este tiempo pensado en tu frase de lo importante que es ser humilde y buena persona y te pido prestada tu aseveración para incorporarla a mi vida. Estoy de acuerdo con ella y además está por encima de todas las clases sociales; es más, yo creo que en la Historia de todos los países del mundo ha habido personas con esas dos cualidades en todos los estamentos sociales en los que haya podido nacer una persona que, al fin y la postre, nunca ha podido elegir nacer ni príncipe ni mendigo ni ninguna de las otras escalas intercaladas entre estos dos ejemplos de seres humanos.
Hola Blanca, soy Carmen, por favor culturízame una vez más, dime como se llama el instrumento que tocan en este vídeo. Me pone los pelos como escarpias, me recuerda a la gaita gallega y se me asemeja a otras músicas étnicas, tradicionales, salidas de las entrañas de la tierra y del alma del que hace sonar esas notas.Un abrazo y me alegro que hayas salido a orearte, de vez en cuando viene bien al cuerpo y a la mente. Se acercan las Navidades, pero no quiero hablar de ellas, las odio a muerte.
ResponderEliminarSe llama Txalaparta, yo la tocaba hace tiempo.
ResponderEliminarTu sensibilidad roza el cielo.
Me contestó la que me llamó burguesa y he decidido que tiene razón.
http://blancaoraa.blogspot.com.es/2012/11/cartones-para-encuadernar.html
http://blancaoraa.blogspot.com.es/2012/12/una-bruja-buena.html
ResponderEliminarAqui hay un comentario para ti.
Carmen, en una bruja buena te escribe nuestra amiga y he decidido que tiene razón, que soy una señorita de Bilbao y no me importa.
ResponderEliminarTiene ventajas e inconvenientes.
Lo importante es ser humilda y buena persona.
Blanca, ya he leído su contestación-testamento y le he respondido antes que tú. He valorado su sensibilidad, su respeto y su buena argumentación. Y me he sentido muy aliviada porque no fuese ella la del insulto de tarada. Una cosa es ser burguesa y otra muy diferente es rayar la subnormalidad, con todos mis respetos. Además tarada me parece mucho más despreciativo que subnormal o loco.¿no crees?
ResponderEliminarBlanca, soy Carmen de nuevo. He estado todo este tiempo pensado en tu frase de lo importante que es ser humilde y buena persona y te pido prestada tu aseveración para incorporarla a mi vida. Estoy de acuerdo con ella y además está por encima de todas las clases sociales; es más, yo creo que en la Historia de todos los países del mundo ha habido personas con esas dos cualidades en todos los estamentos sociales en los que haya podido nacer una persona que, al fin y la postre, nunca ha podido elegir nacer ni príncipe ni mendigo ni ninguna de las otras escalas intercaladas entre estos dos ejemplos de seres humanos.
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