A BLANCA ORAA
de Bego Intxaustegi ¡Yo no te he despedido!
Entrar en café a gogo y encontrar a Blanca Oraa sonriendo, como anfitriona de su despedida como pintora para dedicarse al arte virtual, es un placer, pero yo no acepto, yo no te he despedido.
Me dices que la web te da más visitas y alegrías que la pintura en directo.
No me convences. Renunciar a un trabajo que considero maravillosos y dejar que los sistemas de mercados actuales te hagan perder la moral ni soñar. Si subsistir es tener que anunciarse en la web, pues de eso nada.
Existe una confusión de fondo, un planteamiento erróneo que según mi opinión a pesar de utilizar un soporte mucho más actual, podrá quitarnos la moral del mismo modo, a mí a veces me la quita cuando me lío con el ordenador, casi como que tienes que empezar el día llamando a Euskaltel, me pongo del hígado. Lo considero un complemento muy interesante.
Pero tener que exhibirse ¿ante quien?. A mi no me gusta exhibirme, qué aburrido y menos dedicarme a tensiones y rivalidades para ver si eres más o menos que otro, no vale la pena.
Vivir es otra cosa, vivir es amar y amar mi trabajo que hago con toda el alma, y cuando lo considero oportuno porque he madurado y realizado lo que quería lo expongo, con el convencimiento personal de que es lo que debía de hacer.
El reconocimiento primero empieza por mí misma, después por los de mi alrededor, deseosos de ver qué construyes tanto tiempo metida en ello.
Después el reconocimiento y el respeto de los otros artistas. Un respeto no en abstracto, sino un respeto profundo que no olvida la existencia de otros planteamientos distintos al de uno mismo.
Cuando presencio entre artistas esa filosofía de "el fracaso de otros te hará triunfar" huyo en dirección contraria como de la peste.
Existen muchos espacios que corresponden al artista y están abandonados y nosotros en vez de defenderlos nos dedicamos a ir contra nosotros mismos.
Muchos artistas al fín y al cabo cortan el bacalao, unos por su apoyo político, otros por haber tenido un espaldarazo en momentos puntuales y estar situados con poder y voz ocultando muchas verdades, utilizando sus discursos para echar balones fuera y haciendo realidad "el que calla otorga".
Y para qué nos vamos a engañar, otros por ser hombres y sentir el poder como una prolongación de su pene, procuran ignorarnos mientras pueden.
Ningún artista sobra desde mi opinión, ojalá hubiera más, el mundo sería mejor.
Nosotras hemos dedicado nuestra vida a la búsqueda desde el arte y seguimos haciéndolo, es parte de nuestro ser.
Blanca, cada vez que vaya a la playa me acordaré de lo que siento hoy al ver tus pinturas y podré recordarte desde la emoción.
Blanca ¿qué es para ti una playa?, es tu vida, te conocí en la facultad de Bellas Artes, en la primera promoción pintando personajes en la playa con un saber hacer impresionante, las recuerdo como si las tuviera delante.
Pienso que la reiteración de los temas no es gratuita.
Hay algo muy fuerte que nos lleva a hacerlo. Y además a hacerlo desde nuevos enfoques, con registros inesperados.
La playa es tu vida y también ha sido un poco de tu muerte: nadie que no seas tú puede crear una realidad más interesante sobre el tema, nadie puede contar tanto sobre el poder del agua.
Los espacios creados, los grafismos y el color con esa maestría.
Blanca, cuando pinto lo hago ante un espectador inexistente, que puede ser de cualquier parte, pinto ante mi mismo por encima de todo y quizá algún día una obra pueda ser de alguno de ellos. Te envío el poema que hice público en la Galería Vanguardia.
O quizá pase el resto de mis días discurriendo cómo guardar mi trabajo para que no se destruya, y cómo hacer un huequecito en el taller que me permita seguir creando y diciendo qué despropósito no vendo y yo sigo y sigo, y si volviera a nacer me gustaría poder hacer lo mismo y esa ilusión no la da el número de asistentes.
Blanca, enhorabuena.
Un fuerte abrazo
Bego Intxaustegi
Inserto un video que filmé en enero para clarificar algunos puntos del texto de Bego Intxaustegi.
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