domingo, mayo 25, 2008

MI MOTO

Hace tiempo me compré una Ossa 250 todo terreno y me pasaba las noches esperando a que llegara la mañana para experimentar los placeres que me proporcionaba.
A veces también lloraba cuando me encontraba en el medio de la nada y no me arrancaba.
Tenía dos amigos que me ayudaron a incorporarme a ese mundo tan atractivo y nada fácil para una mujer como yo:
Santi Smith vivía cerca de mi casa por lo que cada vez que tenía problemas con el arranque me veía por la ventana y acudía en mi ayuda tantas veces como hiciera falta.
Luis Azcona era un experto en trial y me enseñó a sentirme una con la moto en circuitos de barro que, a pesar del miedo, me hacían disfrutar mucho más que sobre un caballo.
A mí el caballo nunca me ha gustado, sin embargo la moto me encantaba.
Mi Ossa pesaba demasiado para mí, por lo que al cabo del tiempo perdí la afición. El esfuerzo era superior al placer.


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