RAUSCHENBERG EN BILBAO

Mi cumple



“La verdadera crítica se acerca a su objeto con la misma ternura con que un caníbal se guisaría un recién nacido”
Walter Benjamin










Con gran júbilo recibí la noticia de que el museo Artium de Vitoria Gasteiz había tomado la decisión de permitir que se sacaran fotos de las obras expuestas siempre que no se utilizaran flash ni trípode.

Fue tal mi entusiasmo ante semejante despliegue de amabilidad por parte de la autoridad que, en mi ya reiterada tendencia a la ingenuidad me acerqué al Guggenheim de Bilbao , cámara en mano, haciéndome a la idea de que todo el mundo es una maravilla y dispuesta a hacer un reportaje sobre las piezas de Rauschenberg que tanto elevan mi espíritu.

Pero ahí seguía el Guggy custodiado por ese horroroso perro que ya se ha convertido en estatua como la de Felipe IV en la plaza de Oriente a quien todos rinden pleitesía.
Y el museo lleno de chicas empeñadas en espiar a los que simplemente queremos disfrutar de un buen momento de recogimiento espiritual.
Los museos están empezando a ser como iglesias. Te sientes en pecado aunque no hagas nada malo, es tremendo a donde está llegando el mundo del arte ¿quien me mandaría meterme ahí?

Por supuesto ni se me ocurrió sacar una foto, lo mismo me quitan el carnet de conducir y ya no quiero mas pesadillas.
Ya lo intenté una vez en el otro museo y por poco me pegan.

Así que ni corta ni perezosa, rompiendo todos mis buenos propósitos de respeto al copyright, me metí en internet y por lo menos podeis haceros una idea de lo que hacía mi querido y humilde Rauschenberg, aunque lo que está expuesto en el Guggy es mas brillante.



Música: Miguel Aceves Mejía (Fallaste Corazón)