Desde que éramos pequeñas yo sentía una gran admiración por Meye.
Hasta tal punto me inspiraba que la primera cajita que hice en mi vida era un homenaje a ella, es una pena que no tengo foto ni le he seguido la pista.
La otra que le hice se la envié unos dias antes de que dejara su cuerpo mortal.
Aquí está junto a su hija Camila:
Lo que mas me impresionaba era su belleza, probablemente una de las mujeres mas guapas del mundo, junto con su madre y su abuela, la tia Maria Luisa, hermana de mi abuela Blanca Maiz.
Yo era muy tímida y Meye la reina del mambo, sus entradas creaban expectación.
Incluso antes de ser una reconocida diseñadora, cuando iba a Biarritz a pasar unos días en verano, solía aparecer un artículo en el Sud-Ouest diciendo: "La ravissante madrilenne Meye Maier est arrivée a Biarritz..." (ella nació en las Arenas pero sus padres vivían en Madrid durante el invierno y en verano venían a casa de la tia Maria Luisa, que es el actual Hotel Embarcadero)
Recuerdo a Meye disfrutando de sus baños en la playa salvaje, como una diosa que se dejaba llevar por "el placer sensual "(sic) que le proporcionaban las fuertes olas del Cantábrico.
Mas adelante su vida tomó otros derroteros y ya solo le veía de vez en cuando pues dejó de venir a Bilbao y se instaló en el sur.
Era una trabajadora incansable, culta, con un gusto exquisito, consciente de su belleza y talento pero humilde, muy amante de la familia a la que daba gran importancia.
La última conversación que mantuve con ella hace unos 15 días, me impresionó profundamente:
Con calma, serenidad, entereza, con su voz habitual se despidió de mi, aceptando su destino con una dignidad que me llegó al alma, ese es el recuerdo que quiero conservar de ella.
Una mujer valiente, rompedora, realmente fascinante, siempre reinventándose a si misma.
Ya no sigo porque me he emocionado.
Entrañable.
ResponderEliminarNo me extraña que te emociones.
Mucho amor
@María: Gracias.
ResponderEliminarRecuerdo su tienda en el Barrio de Santa Cruz de Sevilla, siempre me quedaba un rato mirando el escaparate. Era un lugar mágico.
ResponderEliminarGracias Gudulina.
ResponderEliminarQue bonito homenaje Blanca.
ResponderEliminarYo también me he emocionado.
Un beso y gracias
Gracias Miss.
ResponderEliminarSe me había pasado esta entrada y al descubrirla, ha sido el retorno a un callejón sevillano, hace años, muchos. Un escaparate de equilibrio y piezas que remitían a ese tiempo de cerezas que ella recreaba como nadie. No tuve valor para entrar aunque era seguidora de lo poco que el papel proporcionaba. Aquí, muy al sur. Siento tu pérdida y admiro su memoria.
ResponderEliminarMuchas gracias azul
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