Mientras el ladrillo de la tarde
guarda el calor rosa del viaje
un invernadero para respirar
y florece como el viento
Mientras los esbeltos abedules
murmuran sus historias
del viento a lo urgente
en los camiones
Mientras las hojas de los setos
guardan la luz
el pensamiento del día
que perdieran
Mientras el cuenco de su muñeca
pulsa como el pecho
de un gorrión
en el aire ondulante
Mientras el coro de la tierra
encuentra sus ojos en el cielo
y los devela para uno y para otra
en la rebosante oscuridad
júntalo todo, querida
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