Acostumbro comer y cenar en mi estudio, en una bandeja, intentando no demorarme demasiado y seguir trabajando.
En esos momentos enciendo la TV y zapeo con intención de encontrar algo que me informe, me entretenga o me llame la atención.
Pero ¡grande fue mi sorpresa! cuando me encontré con el famoso baterista, Iñigo Eguillor, baterista en GRINGO, junto con Pablo Jaen, a quien ya conocía desde sus comienzos en INTE DOMINE. del que solo tengo una cassette que espero convertir en CD aunque solo sea historia.
Eguillor es bateria también en LA GRIETA, uno de mis grupos favoritos.
Además de ser un extraordinario bateria (Josetxo Anitua en las épocas de JOSETXO GRIETA, ante mi estupor por la fuerza de Eguillor me comentaba que parecía una manada de mamuts y ¡vive Dios! que no le faltaba razón).
Ver a Eguillor es escena es una experiencia en sí.
Goza además Eguillor de mi simpatía, respeto y aprecio, porque es un hombre comprometido.
Estudió "Resolución de Conflictos" en Irlanda y trabaja duro para poner su granito de arena en dicha arena (me gusta la redundancia o ¿será pleonasmo?)
Aceptó mi invitación para hacer su ponencia en la JORNADAS DE PAZ DE BILBAO, y reconozco que resultó realmente interesante, profunda, producto de una reflexión que nada tenía de baladí. El silencio de la sala obedecía a un interés que el público apreció con una enorme ovación y las felicitaciones le llovieron al salir.
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