Mi madre es un fenómeno de la naturaleza.
Tiene 97 años, una piedra en el riñón y todavía tiene humor para organizar fiestas magníficas en las que reune a sus amigas, su familia y cualquier persona que se le pase por la cabeza en ese momento.
Teniendo en cuenta que solo entre sus hijos, nietos y biznietos sumamos casi 70 personas, y que debido a que siempre se ha caracterizado por ser una excelente anfitriona con todo hecho en casa incluidas las croquetitas de un tamaño similar a un dátil, fritas al momento para que estén calentitas y exquisitas, comprenderéis que tiene mérito.
Ha tenido 11 hijos de los cuales 5 nacieron muertos, a dos les mataron a tiros y mi hermana cayó al suelo de repente: muerta.
Perdió a sus padres siendo muy joven y a mi padre hace treinta años mas o menos.
Fue Presidenta del Cáncer durante mucho tiempo, por lo que el rey le concedió la cruz de oro del mérito civil, única en Vizcaya.
Es Presidenta de honor del Hospital de Santurce en donde hizo una labor extraordinaria.
También trabajó en Acción Católica.
Tiene facultades para mandar, organizar y mucho poderío.
Varios escritores han querido escribir su biografía y siempre se ha negado hasta que uno muy cercano a la familia le convenció.
Entonces ella comenzó a grabar su historia en un aparato que yo le proporcioné.
Al cabo de unos tres meses me devolvió el grabador y me dijo que no quería hacer su biografía porque si contaba todo lo que sabía tenía que hacerlo con nombres y apellidos por lo que saldrían a relucir cosas tremendas, que harían temblar los pilares de la tierra.
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