Zierbana es un pequeño pueblo costero, cuyos marineros han alcanzado fama internacional, no solo porque son muy buenos navegando y pescando, sino porque son gente de honor.
Desde mi mas tierna infancia tuve el privilegio de que una de las personas que participó activamente en mi educación, era de Zierbana: Luis Urteaga.
Veraneábamos an Santurtzi y teníamos un balandro que se llamaba Alin II.
Luis Urteaga se ocupaba del barco y de enseñarnos a mis hermanos y a mi, todo lo referente a la mar:
Me enseñó a nadar en alta mar, a navegar a vela, a llevar el timón, a pescar txipirones con santa paciencia en un bote que se llamaba Gusita y mientras estábamos con el sube y baja, Luis me contaba:
"Dijo el pez al anzuelo: Torcido ¿qué haces ahi?
Yo, subir y bajar, si el de la barquilla no duerme, tu, arriba subirás."
Me encantaba y le pedía que me lo contara una y otra vez.
También me enseñó a bogar, a ciar, a pescar mojojomes (mejillones) y él los abría con su navaja y me los daba para comerlos crudos y me encantaban.
Me enseñaba a llamar a cada cosa por su nombre: en un barco cada cosa tiene nombre y es muy importante hablar con propiedad, si no, pareces de tierra adentro y eso yo no lo quería por nada del mundo.
Le quise mucho, era un ser humano extraordinario, había conocido a mi padre desde su infancia y formaba parte de la familia,
Su mujer, a quien Luis adoraba, se llamaba Beatriz, y también era encantadora, así que entre la Beatriz de Dante y la mujer de Luis, ese nombre me inspiraba tanto y me parecía tan bonito que en cuanto nació mi hija no dudé ni un momento: Beatriz.
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