Ante todo pido disculpas por la mala calidad de la imagen, sin embargo quise aprovechar la generosidad de la propietaria de esta casa ya que me dejó sacar fotos con la condición de que no diera su nombre.
No podía desperdiciar una oportunidad semejante, así que saqué fotos sin flash y casi sin luz porque es una casa de estilo antiguo, con cortinones y la luz no debe entrar demasiado ya que puede resultar perjudicial para los cuadros y los muebles antiguos.
He puesto música de Teresa Berganza porque a la propietaria le gusta como canta y le conoce personalmente.
Este tipo de casa para mi tiene mucho encanto porque me recuerda a la casa de mis padres de Bilbao en donde yo viví los primeros años de mi vida.
Era una casa grande, 600 metros, con muchos salones, comedores, espacios para todo lo que hiciera falta.
Vivíamos toda la familia, o sea, mis padres, los hijos, éramos 7 y el servicio.
Mi madre dirigía la casa como si fuera una empresa.
Recuerdo que constantemente teníamos invitados y fiestas.
Todo funcionaba a la perfección.
Además del servicio que vivía en la casa, venía las costureras, la lavandera, la planchadora, el electricista, las interinas, la que cuidaba la casa los domingos...mucho movimiento.
Se comía maravillosamente, siempre postre de cocina y siempre cosas diferentes.
Mi madre tiene una imaginación desbordante para hacer millones de platos distintos a base de huevos, por ejemplo.
Las cocineras que se casaban montaban sus propios restaurantes de tanto como aprendían en nuestra casa.
Lo que más me llamaba la atención, era un espacio muy grande, lleno de armarios blancos en los que se guardaban las sábanas, perfectamente dobladas al milímetro en montones diferentes, las de nipis, las de hilo, las de diario, las del servicio, las de estar enfermos...y en cada valda había un tapete almidonado con una tira encañonada en el borde sujeta con chinchetas.
Hasta tal punto había órden en esa casa que a mi ma ha influenciado en mi trabajo.
Un día vino Jorge Oteiza a mi casa de las Arenas y vio mis cajitas y me preguntó con su aguda rapidez: Blanca, tu madre ¿era muy ordenada? Yo contesté que si, claro y entonces él me dijo:
Ahora entiendo de donde vienen estas cajitas y tu forma de trabajar.
Oteiza descubrió mi secreto.
Es una casa preciosa, entre otras cosas he visto un juego de botellas y copas de licor, precioso.... un cuadro que tiene algo de similitud con un Greco... y los árboles de familia, tan antiguos, tan bonitos....
ResponderEliminarBesos
Los cuartos de guardar los lienzos de las casas eran una pasada, su olor, su frescor, su claridad... eran sitios mágicos....
Supongo que con tu perspicacia habitual ya te habrás imaginado quien es la propietaria...
ResponderEliminarjejejeje
ResponderEliminarLo supiste desde el primer momento, es más, ya la conocías, un déjà vu para una bruja como tu.
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