Reconozco que me emocionó la exposición de Fernando Zabala.
Hace muchos muchos años que le di clases en una academia de Las Arenas y ya se veía que era una persona especial, gran sensibilidad, talento, creatividad, introvertido en su profundo mundo interior, muchos matices en su trabajo, sereno, tranquilo, individualista, respetuoso...
Ha pasado el tiempo y él ha encontrado su camino que no se limita al arte visual sino que lo ha juntado con la música, ambas materias para él son inseparables.
La exposición que permanecerá dos meses en el Espacio Meta Artístico María Febrer es digna de verse con detenimiento.
Un recorrido nostálgico de un periplo de la historia de Getxo que cuenta muchas historias que han formado parte de las vidas de los que hemos vivido aquí.
¡Cuanta belleza se puede ver en una esquina cuando se tienen abiertas las puertas de la percepción!
Pasamos todos los dias delante de esa esquina y casi ni la miramos.
Sin embargo Fernando ha sido capaz de extraer el néctar de su encanto expresándolo en múltiples ángulos, texturas, colores, luces, sombras...
Eso es poesía.
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