Comprendo que me siento orgullosa de ser amiga de Pizca Rivière.
La amistad es un tesoro, una delicada joya que requiere de mucha delicadeza, atención, constancia, comprensión, psicología y por encima de todo confianza y amor.
Yo he tenido la suerte de que sin dejar de ser yo misma y sin tener que hacer concesiones, tengo una amiga desde hace 44 años.
Jamás hemos tenido un roce.
Nos entendemos a la perfección y cuando estamos en desacuerdo hablamos hasta ser capaces de ver el punto de vista correcto y si no alcanzamos ese estado, pasamos a lo siguiente sin que nada altere nuestro entendimiento.
Me rio con ella como con nadie, nos entendemos como si fuéramos gemelas o siamesas.
La verdad es que ella tiene mucha paciencia conmigo porque yo soy muy concreta y me pone nerviosa cuando ella se va por los cerros de Ubeda, pero la cosa sigue.
Ella es surrealista y yo soy dadá, hay muchos puntos en común.
Ella ve lo invisible y me lo muestra.
Para cuando yo llego a un lugar especial, ella ya ha estado allí y me lleva de la mano enseñándome las bellezas del entorno.
Ella es muy generosa, da todo, tanto tanto, que se ha quedado sin nada y aún así sigue dando lo que tiene en abundancia, que es su amor.
Como dijo Fernando Maura cuando se la presenté: Tendría que haber alguien recogiendo todo lo que sale de la boca de Pizca para que quede para la posteridad.
Las palabras no son literales, pero el sentido si, y yo estoy de acuerdo con él.
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarEl video se me ha hecho corto.
¿por qué no hiciste mas fotos?
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