Las personas que me dicen lo que piensan de mi me ayudan a conocerme.
Es lógico puesto que yo solo veo a los demás, no me puedo ver a mi misma.
A veces me dicen cosas en las que yo no había reparado o quizás si pero pensaba que los demás no.
Un tio de Rekalde muy potente, de pocas palabras, con mucha calle, inteligente y que se las sabía todas, cuya opinión yo respetaba profundamente, con quien coincidí haciendo PH, dijo en alto en la mesa:
"Lo que me gusta de Blanca es que aunque esté hecha puré siempre sigue adelante, nunca se rinde." (sic)
Me sorprendió porque jamás había pensado en mí bajo ese punto de vista y sin embargo me di cuenta de que era verdad, mi grito de guerra siempre es: AURRERA.
Detesto quejarme y si lo hago es porque tengo motivos.
No me gusta llorar ni estar enfadada ni sentirme débil ni tampoco molestar.
Intento arreglarme yo solita; la verdad es que tampoco me gusta que me cuenten penas, para eso están los psiquiatras, los psicólogos, los médicos..
En ese sentido yo no soy un buen hombro para apoyarse, por eso prefiero vivir sola y sentirme libre.
Hasta tal punto he dado rienda suelta a mis hijos que ni siquiera necesitamos hablarnos aunque sea navidad.
Jaime está en Tailandia, Mattin en Malmo, (Suecia) y Beatriz está aquí de casualidad, simplemente porque son dias de fiesta y júbilo y se lo pasa bomba yendo de fiesta en fiesta y de bar en bar encontrando a todos sus amigos que vuelven a casa por navidad.
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