En el momento en que me apetece hacer algo nuevo me lanzo al vacío y empiezo la casa por el tejado.
Es una especie de restricción de impronta con la que nací.
Así me está pasando con los libros de artista.
Empecé sin saber el camino haciendo las hojas del primero y cuando tenía millones de collages fabricados con los elementos del making of de mis playas, me atasqué porque desde mi conservadurismo academicista creía firmemente en una encuadernación al uso.
Utilizando la paciencia, la lenta espera, cometiendo algunos errores, por fin encontré la encuadernadora perfecta que me hizo un libro que es una pieza de museo.
Ahora he puesto en sus manos con toda la confianza que ella me inspira, algunas ceras del Athletic, no me acuerdo si las verticales o las horizontales, cuando me lo traiga lo sabré.
Pero luego surgió la urgencia del "do it yourself" que es el territorio en el que me muevo a mi gusto, así que empecé a hacer unas piezas que sin ser libros en el sentido estricto del término, entran dentro del concepto.
Meto patas gordas, pertenezco todavía a ese tipo de persona que aprende de sus errores porque no he desarrollado el discernimiento aunque estoy en el proceso.
Soy Carmen. Tus libros son únicos y no sabes como admiro la entrega, la dedicación, el empeño y el amor que pones en todo cuanto haces. No cambies nunca. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias Carmen querida, te he echado de menos estos dias.
ResponderEliminarAyer te mandé la chaquetita, espero que te guste, es una monada, ya verás y sobretodo una obra de arte.
Soy Carmen.¡Que bien que voy a tener la chaquetita!¡Como me gusta que me hayas echado de menos! Es que no paro, no tengo un minuto,las clases... y encima mi sobrina la que está en Sicilia que ha venido de visita con su marido siciliano y su hijo que cumple pasado mañana un añito...¡El único sobrino nieto que tengo y quiero disfrutarlo estos pocos días que están aquí!
ResponderEliminarUn abrazo.