Conozco a Jose Ramón Sainz Morquillas desde hace muchos años, a la sazón yo estudiaba BBAA y él ya era un artista consagrado y conocido a pesar de que fue mas tarde cuando ganó el Gure Artea dejando asombrados a todos los connoisseurs del arte que jamás hubieran imaginado una obra tan atrevida en este nuestro pais de los vascos, de grandes pintores y escultores pero poco innovadores.
Yo también participé en aquel Gure Artea con una Herida que llamó bastante la atención pero lo de Morquillas fue una especie de revelación.
Le subieron a los altares, le dejaron hacer lo que le daba la gana durante bastantes años en las galerías mas prestigiosas, desconozco su CV pero recuerdo que todo lo que hacia era rompedor, interesante, inteligente y hacía pensar.
Hubo un tiempo en que yo estuve desconectada del mundo del arte y mas tarde me fui a vivir a Los Angeles por lo que le perdí la pista pero googleando encontrarás lo que quieras saber sobre él.
Lo que si tengo muy presente es cuando volví de EEUU y retomé el contacto con él, como me comentó que Zugaza le había propuesto exponer en el museo de Bellas Artes del parque de Doña Casilda y que tenia unos proyectos grandiosos, tanto de tamaño como de exagerados, los recuerdo porque todo era a lo bestia, las esculturas, los textos....
Yo estaba deseando que llegara el gran momento porque acababa de estar en la sala Amarica de Vitoria_Gazteiz, allí donde hacen la ley y me había impresionado la instalación con olor a sardinas y con un profundo significado de denuncia y reivindicación.
Bueno, ya dejo a vuestro interés lo que queráis saber sobre el historial de Morquillas y simplemente me pongo en el presente, que es donde radica la acción que está poniendo en vilo su día a día, casi una cuestión de vida o muerte. En su blog se encuentra la batalla que está lidiando con la justicia desde una acción artística que engloba todas las artes, incluso la de la propia inmolación en aras de que la verdad salga a relucir.
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