lunes, febrero 06, 2012

OTEIZA












Ha habido muchas personas que me han ayudado en el camino de crear mi propia trayectoria artística.
No es fácil sacar a un estudiante lo mejor de si mismo; lo sé por experiencia propia y ajena.
Yo también he ejercido como profesora de dibujo y pintura y sé de lo que hablo:

Enseñar las diversas técnicas del dibujo y de la pintura es muy fácil: pura retórica, no tiene secretos, academia.
Pero conseguir que un alumno sea consciente de su poder creativo y sea capaz de utilizar las herramientas para expresar lo que siente a su manera es ardua tarea. Ahí radica la belleza del encuentro entre el profesor y el alumno al que tanta importancia daban los griegos. Me remito a hablar de los griegos porque es de lo que nos queda constancia.

Pues bien, ya antes de conocer a Jorge Oteiza, disfruté del supremo privilegio de que García Ergüin, desinteresadamente, me enseñara a pintar en el sentido renacentista del término.
Por via oral, a través de Solís, él conocía la cocina de El Greco, que es la que él sigue utilizando para pintar porque la nobleza de los productos utilizados en los procedimientos pictóricos es indudablemente un plus que yo siempre he respetado cuando pintaba al óleo.

Me encandilo hablando de Iñaki porque además del agradecimiento me mueve el amor que siento por él.

Pero hoy se trata de hablar de Jorge Oteiza, que de una manera metafísica, fue una especie de complemento a lo que Iñaki me había enseñado.

Jorge me dio la fuerza para confiar en mi y para subir al cielo.
¿qué mas puedo decir?

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