UNA BRUJA BUENA

Reconozco que tengo rechazo total desde un punto de vista intelectual y cognitivo al azúcar.
Lo considero un veneno tan nocivo o mas que el tabaco.
Las cosas han cambiado mucho.
Cuando yo era pequeña y estaba interna en Madrid mi madre me mandaba cajas de terrones de azúcar con el fin de fortificar mis huesos.
He tenido que ir al dentista desde mi mas tierna infancia y la osteoporosis que dictan los resultados de mis  desintometrias no auguran un buen futuro.

En casa de mis padres el azúcar formaba parte intensa de los hábitos alimenticios y en mi propia casa yo seguí la tradición con mis propios hijos.

Poco a poco fui adquiriendo información acerca da diferentes modos de alimentarse y lo primero que aprendí es la importancia de eliminar el azúcar e incorporar la sal marina en mi alimentación.

Comprendo que es fácil comprar a un niño con una piruleta pero es mejor hacer un pequeño esfuerzo y abastecerse de golosinas naturales, hay muchas maneras de endulzar la vida.

He asistido a conferencias en las que explicaban el daño que produce el azúcar refinado y realmente es algo cuyo consumo debería estar prohibido.

El azúcar, que forma parte de casi todos los alimentos que tomamos tanto líquidos como sólidos es uno de los grandes venenos de nuestra época,

Recuerdo que mi tio Fernando Gondra, presidente de Basconia a la sazón, decía:

Lo mas fácil y rentable es montar una empresa en la que se fabriquen productos a base de azúcar, ya que es muy barata y todo lo que tiene azúcar se vende; una pequeña inversión y ganancia asegurada. (sic)

En aquella época nadie pensaba en las consecuencias de una alimentación inadecuada.
Los tiempos han cambiado:
Antes todo lo bueno era pecado y ahora no es pecado pero es malo para la salud.