CHARLES SHEELER

¡qué generosa es la vida!
Cada día trae regalos inesperados que alegran, curan, descifran los enigmas de mi vida, aportan conocimiento para desvelar el velo de la ignorancia y despejar las telarañas que todavía tejen sus redes en mi castillo interior.


Pues bien, tras una vida dedicada al arte de pintar, estudiando, viendo, contemplando, leyendo y sobretodo buscando referencias con las que poder relacionarme, he aquí que de repente, tontamente, comentando sobre la pintura americana de los años 20, descubro a mi alter ego ¡qué sorpresa, qué alegria, que descanso!

Resulta que existe un movimiento del que jamás nadie me habló, al que yo pertenezco sin lugar a dudas, y no solo por los hechos sino que la explicación que Sheeler da sobre su artwork es exactamente la misma que la mía:

 «En estas pinturas trato de reducir las formas naturales a sus fronteras abstractas, reteniendo sólo aquellas que considero indispensables en el diseño del cuadro» (sic)


Es emocionante encontrarme con un alma gemela.
Yo desconocía que existiera un movimiento para describir el tipo de pintura que yo hacía.
Sabía lo que hacía, despojaba todo lo que no fuera estrictamente necesario para que se viera la parte realista y lo hacía por planos, muy netos, como Sheeler, la única diferencia es que en vez de fábricas yo pintaba caseríos, playas, barcos...

En los años 20 Ford imponía las reglas, yo pertenezco al postfordismo.

Ya está, me he quedado tranquila.
Ya no necesito apoyarme en Buren porque ya ni siquiera hago rayas.
A veces un solo dato es justo el que faltaba para resolver el enigma.

Puesbien, yo, como artista de pintura al óleo, soy precisionista.