domingo, marzo 25, 2012

MOMENTOS Y MEMORIAS 32












Sigo e insisto en que mi amigo Fray Luis de León tenía razón cuando decía ¡qué descansada vida....

Debido a una caída indebida sobre el hueso sagrado que sostiene mi pesado cuerpo, he estado casi inmovilizada durante tres semanas soportando unos dolores insoportables a pesar de doblar la medicación prescrita como aconsejaba Dr Feelwood años ha.

Pues bien, ayer me encontré mucho mejor, así que me fui a la peluquería y aterricé en Zampa.
Había olvidado que a los bares no se va para mantener conversaciones de cierto nivel personal ni intelectual sino a decir bobadas y terminar lo antes posible antes de que te interrumpan aunque incluso una frase que contenga mas de siete palabras es casi imposible que llegue a su final sin una inocente interrupción de alguien que corta los hilos energéticos que se habían creado entre tu agradable encuentro con un amigo querido y tu misma.

Después de haber estado tres semanas sin salir de casa y comunicándome a través de internet, había olvidado la ley de la calle.

No importa, no tardé mucho en ponerme al día y al cabo de unos minutos, recordé aquellas maneras de comportarse en un bar que las tengo bien aprendidas y volví al origen.

Me divertí, me reí y volví a mi silenciosa casa en donde puedo pasar del estado callejero al monacal sin que me cueste el mínimo esfuerzo ¡que paz!

2 comentarios:

  1. Tu serie de memorias tienen un "nosequé" especial.

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  2. Son genuinas, forman parte de mi vida, todo mi trabajo es autobiográfico.
    Todo lo que sale del corazón sin otro fin que el del sentimiento tiene ese algo especial.

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