domingo, julio 08, 2012

likainen parketti











En principio mi austeridad natural me impide interesarme por la decoración, algo que considero prescindible, sin embargo al conocer la obra de likainen parketti he sentido lo maravilloso que puede resultar poner el esfuerzo estético en los espacios de la vida cotidiana.




Mi casa en si no es una casa al uso, es un espacio que se estira y se encoge dependiendo de las necesidades.

Habiendo ocupado lo que en un principio estaba concebido como salón para transformarlo en mi estudio, se gana espacio y se evitan las tediosas tertulias que no sirven para nada productivo: matar el tiempo ( yo solo mato una cucaracha si se pone debajo de mi zapato y me cuesta, no por pena sino por asco).

La casa es redonda así que los habitantes, que en general somos dos y muy concentrados en nuestros asuntos,  podemos evitar el encuentro obligado con la distracción que supone saludar, despedir, preguntar...

Solo viene gente si está interesada en mi trabajo o para ver un video de Prem Rawat, soy muy exclusiva.

Cuando veo las decoraciones de Likainen me inspiran y me dan ganas de poner todo monísimo pero mi manera de ocupar mi tiempo está supeditada al ordenador, actualizar mis blogs, organizar los cartones, los libros de artista y ahora he añadido las visitas cotidianas  a mi madre que está acercándose a la despedida final y quiero disfrutar de ella. Aunque su físico está deteriorado su cabeza sigue siendo una máquina y además se ha vuelto mas cariñosa.


2 comentarios:

  1. Soy Carmen. Siento que tu madre se vaya apagando como una vela. Tendrían que enseñarnos a asimilar que estamos aquí de paso. Disfruta de ella mientras puedas porque yo no tuve esa suerte, pues la mía se murió con apenas 66 años, cuando empezaba a tener una vida un poco relajada.¡Y que maravilla que tu madre tenga la cabeza estupenda! Entronca con el deseo de Vargas LLosa de "querer morir viviendo". Yo me apunto.

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  2. Ahora se dedica a ordenar todo lo de aquí abajo, es decir, lo de la tierra para irse tranquila.
    Le gusta verse rodeada de los hijos aunque como está bastante sorda no sigue bien las conversaciones.
    Ahora están todos los gallegos en casa de Totola, han venido para la boda.

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