El hecho de que una mujer haga un trabajo excepcional, es motivo mas que suficiente para dar por sentado que ha hecho un gran esfuerzo.
La vida de la mujer, supeditada a convertirse en un ser inferior al hombre por obra y gracia de la iglesia católica que así lo decidió con la aceptación de los hombres (incluso se llegó a dudar si poseía un alma) ha sido una lucha constante para dejar de estar sometida al hombre, sea padre, hermano, marido o hijo y poderse dedicar a desarrollarse como ser humano.
La mujer es un ser complejo por naturaleza.
El hecho de ser ella la reproductora la convierte en un elemento imprescindible para el hombre y sin embargo, este, en su atrofia mental, es incapaz de agradecer ese complemento sin el cual seguiría viviendo en las cavernas cazando búfalos a hachazos vestidos con pieles de cordero.
Yo he reflexionado muchísimo sobre este tema, por la cuenta que me trae y he llegado a la conclusión de que por mucho talento que tenga una mujer, su prioridad absoluta siempre son y seguirán siendo sus hijos.
El amor de una madre a su hijo es difícil de superar, viene dado de una manera natural. No está sujeto a nada, es incondicional.
Se le quiere porque si, sin mas, y sacrificará su carrera si el hijo necesita de ella.
Admiro a Sarah Bernhardt, considerada la mejor actriz de todos los tiempos.
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