Desde que era joven empezaron a aconsejarme que me operara de la nariz pero jamás se me ha pasado por el magín cambiar mi rostro que es parte de mi y de de mi biografía.
Mas tarde comenzaron a hablarme de lo bien que me sentaría estirarme la cara y yo, sonriendo me hacía la sueca mientras en mi interior pensaba en otros menesteres mucho mas importantes.
Para empezar me gustan los rostros humanos naturales, no tengo un canon estético excepto la diferencia: cuando menos se ajusta al concepto estético de la moda, mas me interesa:
En realidad el gusto lo utilizo en el paladar pero en la mirada soy mas devota de lo que me llama la atención por ciertas cualidades que hacen único el objeto de mi atención.
Yo creo que lo que mas aprecio en las personas con las que me relaciono es el carácter; convivir con gente amable, agradable, dispuesta a hacerte un favor, que no se enfada, que no exige, que agradece, que está a gusto consigo misma, autónoma... eso es gloria bendita. Y si además están sanos y son inteligentes y buenas personas ya no se puede pedir mas.
Leí una autobiografía muy interesante sobre un cirujano plástico muy prestigioso que tiene su consulta en la 5ª Avenida de NY y contaba que desde pequeño quiso ser médico para poder ayudar a la gente.
Empezó trabajando como médico de pueblo en medicina general y poco a poco la vida le llevó a convertirse en cirujano plástico porque veía muchísima gente que no era feliz porque tenía complejos físicos que les impedía relacionarse con los demás y se sentía fatal.
Poco a poco se metió en este mundo, después de estudiar psiquiatría y se convirtió en uno de los mejores cirujanos plásticos.
Hoy en dia ha cumplido su sueño: ayuda a la gente haciéndoles felices simplemente haciendo unos retoques en caras y cuerpos.
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